1.9.06

La gran indignación

No sé cuántos personajes nos habitan. Según el psicoanálisis, algunos psicólogos y alguna corriente espiritual, estamos integrados por distinitos "yo": el yo, el super yo, el ego, el yo niño, el adulto... En fin. Por mi experiencia en el transporte público, esos habitantes se convierten en demonios poseedores de mi alma. Me había vestido ayer con mi yo más bello, guapa moza, ojos azules, algún kilo de más, con la camiseta bien prieta para marcar mis ya por poco tiempo retozones pechos y con la Ilíada como lectura, para marcar pedantería. Una perla de suavidad. Y me subí al tren. Pensaba feliz en la diversidad social e intentaba leer a Agamenón y a Aquiles, cuando:
¡¡¡TTOOOOOOUUUUUUUUUUUT!!!
Un niño de unos ocho años se iba a dedicar todo el trayecto a gritar esto a intervalos de diez segundos, ante los ojos indiferentes de su madre y de su hermana mayor y ante mis ojos desorbitados. Al tercer o cuarto grito, mi belleza se disipó, el espíritu de algún yo mío salió disparado con el pelo encrespado y la cara desencajada:
-Peropordiosperopordiosperopord... ¡¡¡QUE TE CALLEEEEEEEEEES!!! ¡¡¡QUE NO LO AGUANTO MÁS!!! ¡¡¡QUE TE SIENTES A MIRAR POR LA VENTANA, NIÑO!!! ¡Que te aburras, como hacen los niños! ¡Que leas un cuento! ¡Que lo que la sociedad necesita es que estés calladito y pidiendo permiso! ¡Que no eres nada mono, niño! ¡Que tú serás constructor y sacarás los tubos de las calderas por las fachadas de todo Madrid y harás casas de cocinas estrechas y de baldosas amarmoladas! ¡¡COJ...!!!
Aquí mi yo se paró para no dar mal ejemplo al niño y se volvió a la madre:
-¡¡¡...ONES, SEÑORA!!!
Al siguiente toouuuut el pobre yo volvió a mi cuerpo llorando. Pero se enganchó con unas micropartículas pestilentes antes de meterse en mí y se puso a gritar al señor del asiento contiguo:
-¡¡¡Peroperopero usted huele a pies, so cerdo!!! ¡¡¡Puaaaa!!! ¡¡¡Qué peste, por dios!!! ¡¡¡Ya no aguanto más!!! Qué pasa, que porque sea usted negro (sic) no se puede lavar o qué. ¡¡¡Que lo que nuestra sociedad necesita es limpieza, higiene, buen olor!!! Salvo que sea usted obrero y vuelva de un día indigno de trabajo, no veo justificación. ¡¡¡Si va usted con corbata, hombre!!! ¡¡¡Lávese!!! ¡Y usted, el de atrás, lo mismo le digo, se va a meter ese cebollino en la sopa de la cena!
¡¡Y por qué llevamos quince minutos paradooos!! ¡¡Alcaldes todos, políticos, tened piedad del pueblo!! ¡¡No se puede paralizar una ciudaaad!! ¡¡Madrid está embólicaaaa!! ¡¡Horas y horas en un transporte público tercermundista!! Multitudes en Atocha, la entrada de la M-30, la espera del autobús, incumplimientos sistemáticos de horarios en los cercanías, los cortes en el metro... ¡¡No aguanto máaaaaas!! ¡¡Haced las cosas bieeeeen, por favor!! ¡¡O me sublevoooo!!
Llegué a mi destino hasta la polla de todo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces deseo que mis brazos sean espadas de fuego justicieras para eliminar catetos y malolientes... y constructores.

Julieta D. dijo...

MÁS CAGA UN BUEY QUE CIEN GOLONDRINOS. ¿Que por qué digo ésto? Pues porque es evidente que una cosa muy rotunda tiene más contundencia que varias cosas pequeñas y aisladas. Más manda un alcalde que cien concejales. Y si un alcalde decide abrir de piernas a toda una ciudad es porque no le importa joder, pero joder deprisa, a calzón caído, a toda leche; y, sobre todo, ganas de que no se le escape ni un solo céntimo de las comisiones antes de que termine su mandato. Tiene razón Elefancia y todos los que usamos el transporte pútrido. Las mejoras en una ciudad son necesarias, pero no todas al mismo tiempo y con los consiguientes cuatro o cinco años de no vivir. Tiene perendengues y es abracadabrante que haya que pasar un calvario diario ¡¡para ir a trabajar!!
Pero, claro, el que manda es el buey. Tal vez algunos de los golondrinos, que también cagan un poquito, quisieran hacer las cosas de otra manera y no les dejan. Ya se sabe: quién hace la mierda más grande es el que se lleva el gato al agua.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Julieta D. dijo...

¡Fafá! ¡Has vuelto!

Anónimo dijo...

Me pregunto yo qué habrá dicho el tercer comentarista. ¿sigue existiendo la censura? ¿pero aún no se han enterado de que los libros censurados son los más buscados? Por favor, administrador del blog, no nos deje así.

Julieta D. dijo...

Con los cuatro gatos que se toman el tiempo de parar, no voy encima a censurarlos. Ojalá pudiera ofrecer caramelos.
Por error, ha dicho lo mismo que el cuarto, es decir "Fafá, has vuelto". Sonaba un poco repetitivo, de ahí la aniquilación del comentario. Por dios bendito, esto es un blog demócrata y rep... soñador.