En el gimn- han creído
(nadie sabe cómo ha sido)
que mi escrito era un insulto;
me deniegan el indulto,
pues dicen que es indecente,
rastrero y de mala gente.
No atienden a mis sinceras
disculpas, mis verdaderas
razones y mi congoja.
Y a mí no me la trae floja.
Lo he borrado ipso facto;
era una falta de tacto
y un mal gusto innecesario,
un contubernio de usuarios,
un mero error de escritura
que no hace literatura,
porque a mí no me compensa
escribir en plan de ofensa.
Comprendo que con sus ojos
mi humor se ha quedado cojo
y que maldita la gracia
de dar nombres. Soy reacia
a expresarme libremente
si he de insultar a la gente.
¿No era anónimo? ¡Elefancia,
la prudencia es elegancia!
Para qué mencionarías
a quien tan bien te caía.
Un maldito error fatal.
Ya sabes: si es personal,
la cosa cobra otro tinte
y entiendo bien su berrinche.
Perdón, les digo, yo no
pretendía herir su honor,
ni expresar un menosprecio
que no sentía; eso es necio.
Pero ellos erre que erre,
les da lo mismo que yerres;
no oyen razones y piensan
que es para siempre la ofensa.
La furia suya es de masa,
y hasta me han llamado a casa.
«¿Acaso no lo he borrado?
¿No veis que me he disculpado?
Digo lo siento y perdón,
tengo roto el corazón,
pues me mola la gimn-,
es guay vuestra idiosincrasia».
Que por qué, que qué me creo,
me dicen. «Bah, si no puedo
convenceros de mi pena
con mi carita de buena,
menos valdrá que el alpiste
el explicaros mi chiste».
Mejor callarse y llorar
la pena y la incomprensión,
luego a reír y al montón.
Ya vendrán tiempos mejores
que calmen mutuos ardores.
La masa, que somos todos,
en el cine o en los toros,
va a su bola; en el bar,
el tren, el cole, el hogar,
somos vulgo. El pensamiento
pierde buenos movimientos
si es colectivo; no es recto,
multiplica sus defectos.
Puede ser. Mas yo prefiero
ver que hay luz en el sendero
que alumbra a la sociedad,
que mueve a la vecindad,
que marca la diferencia
entre Pueblo, Razón, Ciencia,
por un lado, y por el otro
la Masa, la Hoguera, el Potro;
que limpiará mi heridita
y las vuestras con tiritas.
Y si sois cien contra uno:
pedonadme, coño.
3 comentarios:
¿Y qué más puedes hacer
que darte golpes de pecho,
y borrar el p... escrito?
¿Vas a dejar de comer
o de gozar en el lecho
por el agravio maldito?
¿Suicidarte? ¡Ni lo pienses!
Deja ya de darle vueltas
al tema de los c...ones
Para que tus carnes tenses
y se te pongan esbeltas
¡pasa ya del Pulsaciones!
No más nombres, por dios, Solateras. He hablado con ellos, nos hemos explicado y han sido comprensivos. Aunque suene raro, ahora sí que puedo dormir algo más tranquila. La incomunicación es una cosa rarísima.
Ojalá tanta tensión hubiera apretado también mis carnes. Pero nada que hacer.
La Plataforma de Apoyo a Elefancia apoya a Elefancia.
Más ya no puedes hacer.
Ya me contarás.
Beeeeeeso.
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